Se ha impuesto una multa sin precedentes a Shelly Cullen, una neozelandesa que se autodenominó una estafadora notoria, después de promover un esquema piramidal fraudulento llamado Lion’s Share. Decenas de miles de participantes a nivel mundial sufrieron pérdidas financieras debido a sus acciones.
La Comisión de Comercio de Nueva Zelanda impuso penalidades que superan los NZ$5.9 millones, una cantidad sin precedentes para un caso bajo la Ley de Comercio Justo contra un individuo. A pesar de que Cullen no estuvo presente en el Tribunal del Distrito de North Shore, su condena se cumplió; fue multada con NZ$600,000 por sus cargos.
Además de la multa, el tribunal ordenó un pago adicional, casi NZ$5.33 millones, en ganancias obtenidas de forma ilícita a través de su esquema. Esta estimación fue posible gracias a la Sección 40A de la Ley de Comercio Justo, que permite la recuperación de ganancias comerciales provenientes de actividades ilegales.
Según la Comisión de Comercio enjuiciadora, el número de participantes a nivel global ascendió a 150,000, con pérdidas que rondan los NZ$17 millones. La Vicepresidenta Adjunta Anne Callinan expresó satisfacción con la severa sentencia que refleja la gravedad del daño causado por esquemas piramidales. Las estadísticas mostraron que una abrumadora mayoría perdió dinero en Lion’s Share.
Cullen había apuntado específicamente a las comunidades indígenas maoríes y pasifika de Nueva Zelanda durante su campaña entre 2020-21. Anteriormente, en abril, fue condenada basándose en pruebas que incluían su propia admisión en vivo en Facebook de ser una estafadora sin temor a represalias potenciales.
Aunque actualmente se encuentre en el extranjero, la Comisión de Comercio tiene esperanzas de que la severidad del resultado de este caso alerte al público sobre los peligros de tales esquemas y desaliente actividades fraudulentas similares. Más acusaciones contra Cullen implican su asociación con otra oportunidad de inversión en línea, lo que llevó a la Comisión a emitir advertencias para mantenerse vigilante frente a ofertas similares.
Teniendo en cuenta el contexto del artículo, es importante añadir información contextualmente relevante sobre esquemas relacionados con criptomonedas y su regulación en Nueva Zelanda:
Entorno regulatorio en Nueva Zelanda:
Nueva Zelanda ha estado activa en informar al público sobre los riesgos asociados con inversiones en criptomonedas. La Autoridad de Mercados Financieros (FMA) supervisa los intercambios de criptomonedas en el país, exigiéndoles registrarse y cumplir con los estándares contra el lavado de dinero. A pesar de las regulaciones, la naturaleza global y sin fronteras de las criptomonedas dificulta impedir completamente las actividades ilícitas.
Naturaleza de los esquemas piramidales:
Los esquemas piramidales, como el descrito en Lion’s Share, son modelos de negocios inherentemente insostenibles que dependen del reclutamiento de nuevos participantes para generar ganancias para quienes están en la cima de la estructura piramidal. Tales esquemas inevitablemente colapsan, lo que lleva a pérdidas para la mayoría de los participantes.
Impacto en las comunidades:
Al dirigirse a comunidades vulnerables, como las poblaciones indígenas maoríes y pasifika, las acciones de individuos como Shelly Cullen pueden tener un impacto desproporcionado en grupos que ya pueden enfrentar dificultades financieras, contribuyendo a una mayor disparidad social y económica.
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