El panorama financiero ha experimentado cambios significativos en los últimos 24 meses, con tasas de interés siendo particularmente volátiles. Dentro de este torbellino económico, los expertos han estado analizando cómo los cambios en la tasa de rendimiento, específicamente la tasa de rendimiento del Tesoro de Estados Unidos a 10 años, influyen en el valor de activos complejos como el bitcoin.
La tasa de rendimiento del Tesoro a 10 años se monitorea a nivel mundial debido a su papel como referencia para evaluar el riesgo relativo y el rendimiento de las inversiones, dada su naturaleza de bajo riesgo. Sirve como punto de referencia para evaluar si asumir un riesgo adicional vale la pena por el potencial de retornos elevados. Esta tasa también impacta varias formas de endeudamiento, incluyendo hipotecas y préstamos, debido a su correlación con las tasas de deuda a largo plazo.
Varios catalizadores pueden impulsar el vaivén de la tasa de rendimiento a 10 años, incluyendo el crecimiento económico, las tendencias de inflación, las estrategias implementadas por los bancos centrales y las condiciones cambiantes de oferta y demanda. Es el contexto de estos cambios lo que puede determinar su efecto en el bitcoin. Un aumento en el crecimiento económico o en la inflación puede elevar la tasa de rendimiento, sin embargo, el impacto resultante en el bitcoin puede variar dependiendo del panorama económico subyacente.
La sensibilidad del bitcoin a las fluctuaciones de las tasas de interés es compleja. Su valor puede aumentar al mismo tiempo que aumentan las tasas de rendimiento, como se ha visto cuando la confianza de los inversionistas regresa, lo que indica crecimiento económico. Por el contrario, cuando las tasas de rendimiento aumentan como medida contra la inflación, el crecimiento puede frenarse, haciendo que activos más riesgosos como el bitcoin sean más susceptibles a las caídas, ya que enfrentan presiones duales por la disminución del poder adquisitivo y un aumento en los costos de endeudamiento que pueden obstaculizar las inversiones especulativas y el gasto del consumidor.
El diseño único del bitcoin tiene la intención de combatir la inflación a través de su proceso de halving, que reduce su tasa de inflación cada cuatro años, creando un potencial alcista a largo plazo en medio de la expansión monetaria continua. Sin embargo, esta característica no protegió al bitcoin de las presiones inflacionarias y de los aumentos correspondientes en las tasas de rendimiento en 2022. El bitcoin suele tener un buen desempeño cuando las condiciones financieras son favorables, como se demostró por su recuperación cuando las políticas monetarias restrictivas establecidas por los bancos centrales comenzaron a relajarse, a pesar de las tasas de rendimiento persistentemente altas.
Comprender el entorno macroeconómico es esencial para predecir fluctuaciones en los valores de activos como el bitcoin. Los inversionistas deben prestar atención a estos cambios financieros globales para navegar efectivamente por las aguas inciertas de la inversión en activos digitales.